Distintos tipos de comunicaciones

Por Lucia Quiroga Ponce

“A la hora de analizar la elección del medio de comunicación que se utilizará, resulta fundamental tener en cuenta la importancia de que la comunicación a la otra parte sea fehaciente. La definición de “fehaciente” según la Real Academia Española es “que hace fe, fidedigno”. Esto es así debido a que el principio general en materia de comunicaciones es que cada parte es responsable por el medio de comunicación elegido, sin perjuicio de la teoría recepticia -a partir de la cual se considera que la comunicación resulta eficaz cuando es recibida por el destinatario o llega a su esfera de su conocimiento-. De ahí la relevancia del medio de comunicación que se elige, ya que no todos resultan ser fehacientes, sino que algunos requieren la producción de prueba en juicio respecto de su autenticidad. Si bien la LCT, en la mayoría de los casos, no exige expresamente que la comunicación deba ser fehaciente, lo cierto es que de ella depende la generación de los derechos correspondientes (ej: La comunicación del embarazo prevista en el art. 178 de la norma como una de las condiciones para que se active la presunción de que el despido fue por esa causa). En este marco, cabe destacar que los instrumentos públicos –siempre que cumplan con todos los requisitos legales-, tienen la particularidad de que hacen plena fe de su contenido. Esto significa que tienen eficacia probatoria propia o, dicho de otra manera, se presume su autenticidad sin que se requiera la producción de prueba en juicio (cfe. art. 293 del CCyCN). Todo ello, claro está, salvo que sean declarados falsos judicialmente.”

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Términos mencionados en esta doctrina: comunicación, fehaciente.